Portugal, oficialmente la República Portuguesa, es un país soberano miembro de la Unión Europea, constituido como un estado de derecho democrático. Es un país transcontinental, su territorio, con capital en Lisboa, está situado en el suroeste de Europa, en la península ibérica. Limita al este y al norte con España, y al sur y oeste con el océano Atlántico. Comprende también los archipiélagos autónomos de las Azores y Madeira situados en el hemisferio norte del océano Atlántico. El nombre de Portugal probablemente provenga del antiguo nombre de Oporto, del latín «Portus-Galliae» —puerto de Galia, debido a que las naves galas frecuentaban este puerto— o, más probablemente, de «Portus-Cale» —topónimo atestiguado en la Chronica del historiador del siglo V Hidacio—, por un amarradero existente en un lugar fortificado llamado «Cale». Portugal ha sido un testigo histórico de un flujo constante de diferentes civilizaciones durante los últimos 3100 años. Tartesos, celtas, fenicios, cartagineses, griegos, germanos (suevos y visigodos), musulmanes, judíos y otros pueblos han dejado huella en la cultura, historia, lenguaje y etnia. Durante los siglos XV y XVI, Portugal fue una potencia económica, social y cultural mundial, así como un imperio que se extendía desde Brasil hasta las Indias Orientales. Posteriormente, sobre todo tras las Guerras Napoleónicas y la independencia de Brasil entre finales del s. XVIII y principios del s. XIX, Portugal empezó a vivir periodos convulsos. El país vivió bajo una dictadura entre 1933 y 1974, cuando cayó tras una revuelta conocida como la Revolución de los Claveles. En 1986 ingresó en la Unión Europea y, desde 2001, forma parte de la eurozona. Es un país desarrollado, con un índice de desarrollo humano (IDH) considerado como «muy elevado», y con una alta tasa de alfabetización. El país está clasificado como el 19.º con mejor calidad de vida, tiene uno de los mejores servicios sanitarios del planeta y es considerado una nación globalizada y pacífica. Asimismo, es el 18.º destino turístico mundial en volumen de visitantes. Es miembro de la ONU, la UE (incluyendo la eurozona y el Espacio Schengen), la OTAN, la OCDE y la CPLP, entre otros. También participa en las fuerzas de paz de las Naciones Unidas.
Economía
Portugal se ha convertido en una economía diversificada y cada vez más basada en el sector servicios desde que ingresó en la Unión Europea en 1986. Los diferentes gobiernos han realizado un vasto programa de reformas: han privatizado muchas empresas estatales y han liberalizado las áreas dominantes de la economía, incluyendo los sectores financieros y de las telecomunicaciones. Portugal es miembro de la Unión Monetaria Europea (EMU) desde sus inicios en 1998. El 1 de enero de 2002 comenzó a circular su nueva moneda, el euro, a la vez que en otros 11 países miembros de la UE.
Portugal tiene un pasado eminentemente agrícola aunque, tras el desarrollo que el país ha registrado en las décadas de 1980 y 1990, la estructura se basa en los servicios y la industria. La agricultura portuguesa está bastante desarrollada gracias al clima, al relieve y a los suelos favorables. En las últimas décadas se ha intensificado la modernización agrícola pero aún el 10,9 % de la población trabaja en el sector. Los olivares, los viñedos, el trigo, el maíz. Los vinos, especialmente el vino de Oporto y el vino de Madeira, y los aceites portugueses son bastantes conocidos. También Portugal es productor de fruta, sobre todo las naranjas del Algarve, la pera rocha de la región Oeste, la cereza de Gardunha y el plátano de Madeira. También son importantes la remolacha dulce, el aceite de girasol y el tabaco.
Religión
La Constitución portuguesa garantiza la libertad religiosa y la igualdad entre religiones. No obstante, existe un concordato que privilegia a la Iglesia católica en varias dimensiones de la vida social, tal es el caso de algunas ceremonias oficiales públicas como las inauguraciones oficiales del Estado en las que hay presencia de un representante de la Iglesia católica. Sin embargo, las creencias religiosas de los políticos electos son consideradas como algo irrelevante para los electores. Prueba de esto es que los dos anteriores presidentes de la República (Mário Soares y Jorge Sampaio) eran personas abiertamente laicas.
La mayoría de los portugueses, el 84,6 % de la población total, se inscriben en la tradición católica.
Salud
El sistema de salud portugués se caracteriza por estar formado por tres sistemas coexistentes: el «Servicio Nacional de Salud» (SNS), los regímenes de «seguros especiales de salud social para ciertas profesiones» (subsistemas de salud), y los «seguros privados de salud voluntarios». El SNS proporciona cobertura universal. Además, entorno al 25 % de la población está cubierto por subsistemas de salud, el 10 % por seguros privados, y el otro 7 % por agrupaciones mutuales.
El Ministerio de Sanidad es el responsable de desarrollar políticas en materia de salud, así como el encargado de dirigir el SNS. También hay cinco administraciones regionales de sanidad que se encargan de implementar los objetivos fijados por el Ministerio de Salud para el SNS, de desarrollar las líneas maestras y sus protocolos, y también de supervisar la actuación de los cuidados en salud. Los esfuerzos de descentralización están actualmente en curso y se basan en compartir la responsabilidad financiera y de gestión a nivel regional. Sin embargo, en la práctica, la autonomía de las administraciones regionales de salud se limita a la atención primaria. El SNS está financiado principalmente por la recaudación de los impuestos generales. El empleo y las contribuciones de los empleados representan la fuente de financiación principal de los subsistemas de salud. Además, los pagos directos de los pacientes y los seguros privados de salud voluntarios aportan una gran parte de los fondos.
Educación
El sistema educativo portugués está regulado por el Estado a través del Ministerio de Educación y Ciencia. El sistema de enseñanza pública es el más usado y el más extendido aunque también existen otras escuelas privadas para cualquier nivel de enseñanza.
El sistema educativo se divide en preescolar (para aquellos que tienen menos de seis años), educación básica (duración de nueve años; en tres etapas y obligatoria), educación secundaria (duración de tres años, hasta el duodécimo grado y obligatorio desde 2009), y educación superior (universidad y politécnica). Al final de cada ciclo, los alumnos realizan pruebas de evaluación (1.er y 2º ciclo) y el examen nacional (3.er ciclo) en las disciplinas de Matemáticas y Portugués. Las pruebas evalúan a los alumnos sobre las materias aprendidas durante el ciclo correspondiente.
El ciclo secundario tiene un sistema de organización propio, diferente del de los otros ciclos. Existe también la posibilidad para cualquier estudiante de asistir a cursos de formación y de educación, que equivalen al 9º año (o primer año de secundaria) y los cursos profesionales, que equivalen al 12º año (3.er y último año de secundaria), en el marco de la iniciativa «Nuevas Oportunidades». Todos los estudiantes pueden concluir la enseñanza secundaria, en régimen diurno o nocturno. Estos cursos están disponibles en cualquier escuela.
Gastronomía
La gastronomía es variada. Cada zona del país tiene su plato típico compuesto por diversas carnes (ternera, oveja, cerdo y las carnes blancas), por diferentes embutidos, tipos de pescados (sobre todo de bacalao) y de mariscos. Entre los quesos destacan el Serra da Estrela, el Azeitão y el São Jorge, entre muchos otros.
Portugal es un país fuertemente vinícola, y son célebres los vinos del Douro, del Alentejo y del Dão, los vinos verdes del Minho, y los vinos licorosos de Oporto y de Madeira. En cuanto a la repostería existen una enorme variedad de recetas tradicionales como los famosos pasteles de Belém, los huevos moles de Aveiro, el pastel de Tentúgal, la sericaia o el bizcocho de Ovar, así como muchos otros. De entre los platos populares, destacan el cocido a la portuguesa, el «bacalao dorado», el «bacalao a la Gomes de Sá», las espetadas de Madeira, el «cocido volcánico» de las Azores, el «lechón asado a la Bairrada», los «Rojões» del Aveiro y del Minho, la chanfana de Beira, la carne de cerdo a la alentejana, el pescado asado (en todo el país), las tripas (de la región de Oporto), las «pataniscas de bacalao» y el gazpacho portugués. La cocina portuguesa está influida por otras gastronomías como la japonesa, con la introducción de la tempura.